Los adolescentes y la música van de la mano. La adolescencia es la etapa de la vida donde las personas buscan encontrarse a sí mismas: descubren sus gustos y preferencias, empiezan a buscar un referente personal (entre los que destacan los artistas musicales), a descubrir el amor y todo lo que conlleva una relación, etc.
Aquí es donde entra en juego el papel de la música en los adolescentes, que puede llegar a convertirse en un “colega más” en diferentes situaciones del adolescente.
La música entra con fuerza en la vida de las personas independientemente de la edad que tengan, pero en el caso de los adolescentes, influye en un grado aún mayor.
En estas edades la influencia del exterior es clave a la hora de seleccionar un estilo musical, el vestuario, el peinado o incluso el lenguaje, que pasan a formar parte de su vida y a que todo lo que pase a su alrededor gire en torno a ese estilo creado. En el siguiente artículo tratamos en mayor profundidad cómo trabajar las emociones a través de la música.
Además, durante esta etapa se cambia esa dependencia familiar generada durante las edades infantiles a una dependencia grupal, en la que formar parte de un grupo y sentirse identificado con él es la máxima prioridad. Si el género musical seleccionado para divertirse es el reggaeton, será el fiel compañero en los momentos clave como prepararse para salir a la calle o ir a una fiesta; mientras que si aparece un momento de tristeza le acompañará un estilo de reggaeton con una temática de desamor y despecho.
En la actualidad, el género musical más escuchado por los adolescentes es el urbano, un género que abarca diferentes estilos desde el reggaeton hasta el hip hop o el trap.
Este estilo nace en Estados Unidos a finales de los años 70 a raíz del hip hop o “RAP”, unas siglas que significan “Rythm And Poetry”, cuya traducción literal al castellano es Ritmo y Poesía. A partir de este género derivan otros estilos como el trap, una mezcla entre la música electrónica y el hip hop que con la ayuda de la influencia de América Latina, numerosos artistas dieron su salto a la fama y se ganaron un hueco en la vida de millones de jóvenes en el mundo, donde sobresalieron Bad Bunny, Anuel AA o Bryant Myers entre otros.
El género urbano ha logrado incluso llegar al mundo del pop, en el que artistas del pop españoles como Aitana ya ha colaborado con algunas de las grandes estrellas de este movimiento. La famosa canción “Despacito” cantada por Luis Fonsi y Daddy Yankee es una de las precursoras de la entrada del pop en esta nueva corriente que rodea al mundo en la actualidad.
¿Qué encontramos por lo tanto en las “playlist” de los adolescentes? Rosalía, Duki, Morad, Quevedo, Bad Bunny, Bizarrap e incontables artistas que todos forman parte del mismo género con su estilo propio. Al final, la letra de las canciones sigue siendo un tema de conflicto por su carácter sexual, machista o incluso que hace referencia a drogas y armas, y aunque los propios jóvenes lo reconocen, suelen afirmar que lo que admiran de este género es el ritmo y la melodía.
La música permite a las personas poder expresar sus emociones y pensamientos, dependiendo del momento o estado anímico de la persona, por lo que es un aspecto fundamental para el desarrollo emocional de los adolescentes. Pero ya no solo se trata de escuchar música, es llegar a despertar la música en el interior de la persona y empezar a escribir canciones, letras, partituras, etc. En definitiva, hacer de ésta un hobbie o incluso un estilo de vida.
Componer música además conlleva problemas o retos que pueden surgir en la adolescencia como es empezar a tomar decisiones y resolver problemas. Decidir qué instrumento será necesario para una melodía, a qué velocidad o compás debe ir; todo requiere un debate interior y evaluar las diferentes opciones.
La composición musical sin duda puede lograr que los jóvenes estén más preparados a la hora de afrontar situaciones complicadas que aparezcan en sus vidas. Pero escuchar música, ¿qué tan beneficioso puede llegar a ser para su desarrollo?
Por lo tanto, está claro que la música no afecta de manera negativa a los adolescentes, incluso la del género urbano les ayuda a sentirse mejor y escapar de los problemas de su día a día.
Lo ideal sería que los jóvenes escucharan todo tipo de géneros y pudieran elegir cuál es la que más les llena sin dejarse llevar por la influencia externa y así empezar a componer, tocar instrumentos y en definitiva hacer que la música sea una parte fundamental de sus vidas.
La educación musical desde edades tempranas puede lograr que aparezca ese interés por la música y conseguir apreciar varios estilos como el clásico, el indie o incluso el reggaeton si quieren encajar en la sociedad.
En Gorgoritos ofrecemos clases para aquellos niños que están entrando en la preadolescencia, donde la música tiene un papel muy importante en su desarrollo personal.
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